En la actualidad nos encontramos que, cada vez de manera más frecuente, las aulas son escenarios donde se concentran grupos de alumnos con una gran diversidad. Por ejemplo, diferencias por razones sociales (niños y jóvenes en situaciones de riesgo social, procedencia de diferentes ámbitos sociales); étnicas y culturales ( alumnos que provienen de otras culturas y distinta lengua), alumnos con baja motivación o altas capacidades, alumnos con necesidades educativas especiales, etc.
Todo esto conlleva que los procesos de enseñanza y aprendizaje deben se adaptados o modificados para poder satisfacer a las necesidades educativas de los alumnos.
Pero esto llevaría a trabajar mucho más la integración, en algunos casos potenciando un aprendizaje cooperativo entre los alumnos, la utilización del refuerzo educativo, las adaptaciones o diversificaciones curriculares de los distintos tipos de aprendizaje utilizados para adaptarlas a los alumnos que lo necesiten.
Pero esto llevaría a trabajar mucho más la integración, en algunos casos potenciando un aprendizaje cooperativo entre los alumnos, la utilización del refuerzo educativo, las adaptaciones o diversificaciones curriculares de los distintos tipos de aprendizaje utilizados para adaptarlas a los alumnos que lo necesiten.
Por ello debemos asumir, cada vez más, esa diversidad que existe no sólo en la Educación, sino en todos los niveles de la sociedad e intentar dar cobertura a todas las situaciones nuevas que están apareciendo.
Si somos capaces a nivel educativo de solucionar y ver la diversidad como una cuestión real y positiva y que podemos aprovechar, ganaremos en todos los niveles de la Sociedad.
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