Aragón ha logrado hitos importantes
como la instalación de los Tablet PC. Cultura y deporte han quedado relegados,
con más sombras que luces.
La Educación ha sido una de las
banderas del Gobierno en las últimas legislaturas. La apuesta por este servicio
básico ha sido clara y el trabajo desarrollado por la consejería muy
destacable.
Parece objetivo que el sistema
educativo aragonés ha mejorado. El proceso de escolarización se ha depurado y
perfeccionado, y las protestas de los padres son cada vez más puntuales y
vinculadas siempre a la elección de centros (normalmente concertados). En
cualquier caso, la implantación de las nuevas tecnologías con proyectos como el
de los Tablet PC han dado especial relumbrón a la gestión del Gobierno. También
se ha acertado en la implantación del bilingüismo en los colegios y en planes
más concretos como el de altas capacidades o el de educación especial. El tramo
de 0 a 3 años, sin embargo, sigue siendo una asignatura pendiente, sobre todo
en Zaragoza, donde continúa sin haber suficientes plazas públicas. El
entendimiento entre Gobierno y ayuntamiento ha dejado mucho que desear en este
aspecto. Tampoco se han obtenido buenos resultados en los datos de abandono
escolar. Aragón está mejor que la media, pero eso no puede ser consuelo, puesto
que las cifras distan mucho de ser satisfactorias.
En el debe de la consejera Broto
queda también la Ley de Educación Aragonesa, remitida a las Cortes en el último
momento. Después de realizar un buen trabajo en su elaboración, el texto queda
aparcado. Algo que no hace justicia al esfuerzo del sector de la enseñanza. Lo
cierto es que tampoco el PP ha ayudado a que la norma saliese hacia adelante,
con una actitud más obstruccionista que otra cosa.
También ha sido destacable el
trabajo desarrollado en la reforma de la Formación Profesional, con un papel
notable de la directora general, Natividad Mendiara. Se han reordenado los
estudios y creado centros de referencia en la comunidad. Medidas necesarias
para la revalorización de estos ciclos formativos.
El departamento se ha volcado en la
Educación y eso se ha notado. El balance en Cultura dista mucho de ser
satisfactorio. El conflicto de los bienes y el teatro Fleta han sido problemas
que no se han sabido resolver. En cambio, se ha logrado aprobar la Ley de
Lenguas, no sin problemas. Al fin se reconocen el catalán y el aragonés después
de años de ostracismo.
En deportes los resultados de la
consejería más que discretos han sido invisibles. Aragón sigue sin destacar por
sus resultados deportivos. Ni mucho menos. Ni siquiera se ha avanzado en
deportes invernales. Y eso que la comunidad está inmersa en un proyecto
olímpico. El departamento se ha limitado a mantener los juegos escolares.
Después de tres legislaturas,
Aragón ha logrado avanzar en su sistema educativo. Pero falta dar el salto
definitivo para alcanzar el nivel de Europa. Algo que se presume casi
imposible. Al menos a corto plazo.
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